Oscura
noche, manto silencioso, donde todos los pecados del ser humano de vuelven
reales para invadir la tierra.
Luna de
plata, fría y hermosa, testigo mudo de los actos carnales que mi corazón ansía,
confidente de mis pensamientos, anhelos y sentimientos.
Estrellas
brillantes, burlonas y expectantes, guardianas de los deseos incumplidos.
Todo en
la noche parece decirme lo mismo, todo a mi alrededor seguirá igual, nada será
distinto.
No
serán mis labios los que recojan los tuyos, no será tu sabor el que inunde mis
sentidos, no será tu cálida piel la que acaricie en la fría noche, ni será tu
cuerpo el que admire antes de dormir y contemple cada amanecer al despertar.
Porque
estás lejos, tan lejos como la más bella estrella, la cual palidece de envidia
ante tu hermosura, y daría lo que fuera por brillar del mismo modo que tus ojos
en la noche.
Mas
estas palabras morirán en mis labios, estas palabras nunca serán escuchadas,
estos sentimientos jamás serán expresados, pues soy consciente de que nada
cambiará, de que todo será igual, que mi amor morirá en silencio.
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